Un corazón que toca nuestros hogares
Esta semana, en el Colegio Montefalco, vivimos un momento muy especial y lleno de gracia: la visita del Sagrado Corazón de Jesús a los hogares de nuestras alumnas de la sección primaria. Fue una experiencia profundamente significativa, no solo para nuestras niñas, sino también para sus familias, quienes abrieron sus puertas y sobre todo sus corazones para acogerlo con amor y devoción.
El Sagrado Corazón de Jesús representa ese amor incondicional, compasivo y cercano que Él tiene por cada una de nosotras. Tener su imagen en casa, aunque sea por un solo día, es una oportunidad para detenernos en medio del ritmo cotidiano y recordar que Jesús desea vivir con nosotras, acompañarnos en lo ordinario y convertir cada rincón de nuestro hogar en un espacio de encuentro con Él.
Queremos agradecer con todo el corazón a cada familia que participó en esta iniciativa. Sabemos que no fue solo una visita simbólica: fue un gesto de fe, un acto de confianza y una oportunidad para fortalecer los lazos familiares desde la espiritualidad. En cada hogar donde estuvo Su imagen, hubo una pequeña iglesia doméstica, un altar de oración, una vela encendida, una niña emocionada y una familia unida alrededor del amor de Jesús.
Las niñas compartieron con ilusión cómo prepararon su casa para recibirlo, cómo rezaron juntas y cómo sintieron una paz especial en su ambiente. Algunas incluso decoraron con flores, otras escribieron cartas o dibujos que dejaron junto a la imagen. Cada gesto, por pequeño que parezca, tiene un valor inmenso a los ojos de Dios.
En Colegio Montefalco creemos firmemente que formar corazones fuertes, sensibles y comprometidos comienza en el hogar. Por eso, agradecemos profundamente que nuestras familias sean parte activa de este caminar en la fe. La semilla sembrada esta semana sin duda dará frutos: frutos de amor, de oración compartida y de unión familiar.
Que el Sagrado Corazón de Jesús siga siendo siempre nuestro refugio, nuestro modelo y nuestro consuelo. Que nuestras niñas sigan creciendo rodeadas de Su ternura, y que cada familia del Colegio Montefalco sienta siempre Su presencia viva en su hogar.
¡Gracias por abrirle la puerta a Jesús!







